La huerta del Centro “ tierra, alma y sociedad”.
El huerto escolar está ubicado a pocos minutos del Centro educativo y es una de las aulas más grandes donde nuestro alumnado aprende de forma práctica y tiene contacto directo con la tierra.
La finalidad es proporcionar a todo el alumnado la oportunidad de saber cuál es el proceso de plantación, crecimiento y cuidado de las plantas que cultivamos. Al mismo tiempo sentir y entender la tierra y cómo nuestra sociedad se ha formado alrededor de ella.
La asignatura se enmarca dentro de la optativa “Emprendimiento” y permite al alumnado seguir el proceso del qué es un auténtico emprendedor, porque tal vez, el agricultor/a ha sido uno de los primeros emprendedores de la historia.
El alumnado aprende a preparar bien el terreno para sembrar, seleccionar las mejores semillas y tener mucha paciencia para poder obtener los frutos. Al mismo tiempo aprende cómo de complicado es conseguir los objetivos si no se hace una buena planificación, y también entiende que, para obtener beneficios personales y económicos se tiene que tener una buena organización y trabajar de forma constante y bien para obtener los resultados.
Sin duda, la huerta consigue que el alumnado respete, valore y entienda la importancia de la tierra y sus frutos, obteniendo así, no solo un beneficio alimentario de primera calidad, si no también un beneficio personal.
FILOSOFÍA DE LA ASIGNATURA: TIERRA, ALMA Y SOCIEDAD.
El alumnado cada vez tiene menos contacto con el medio en que vive, desconoce el entorno de sus pueblos o ciudades y sus propios pueblos y ciudades; ignora los oficios tradicionales y las oportunidades de futuro que tienen y desprecian su utilidad como fuente de saber, bienestar, cultura y beneficio económico. Aun así, el alumnado trabaja conceptos y asignaturas por separado y en muchas ocasiones desconoce la utilidad de interrelacionar los conceptos aprendidos y la utilidad que pueden tener.
La asignatura de emprendimiento que es “Huerto, cultivo y gestión” ofrece la oportunidad de que el alumnado pueda aplicar en su entorno aquello que aprende en las aulas, los conceptos aprendidos y las utilidades que pueden tener en la práctica cotidiana.
El hecho de crear unas raíces culturales permite a los miembros de una comunidad tener vínculos comunes y maneras de relacionarse más solidarias. También permite conocer cómo aprovechar el entorno en beneficio propio y poder entenderlo para respetarlo.
Por otro lado, encontramos que el alumnado cada vez percibe de una manera más uniforme el mundo en el que vive. La era de internet y las nuevas tecnologías ha impuesto satisfacer la curiosidad casi de manera exclusiva a través de la pantalla y la red libre. En ningún caso despreciamos esta fuente de saber y comunicación mundial como instrumento para conocer el mundo, pero aun así, no puede ser éste el único medio a partir del cual se extraiga una visión objetiva de cuál es el mundo, el país, la ciudad o el pueblo donde se vive.